"El algarrobo sigue siendo el árbol vital para los pobladores norteños a pesar que desde hace muchos años se viene depredando sin misericordia para obtener leña y carbón. Los grandes bosques primarios han desaparecido en toda la costa; solamente quedan remanentes en los lugares donde no hay influencia humana. Correlativamente se ha exterminado la fauna silvestre que cobijaba. Los venados, pumas, tigrillos, perezosos, reptiles y especialmente la hermosa pava de ala blanca han desaparecido por la constante persecución de que eran objeto tanto por los campesinos como por los cazadores profesionales".
Estas frases pertenecen al connotado botánico Ramón Ferreyra Huerta y reflejan la dramática situación que padecen estos importantes bosques que en conjunto, según cifras de 1988, ya cubrían apenas 1'873, 000 hectáreas en Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad. Extensión que ha seguido retrocediendo por la tala indiscriminada y el sobre pastoreo. Los montes de Cañoncillo y Jaguey son de esos pocos lugares que aun siguen en pie, pese a las constantes agresiones...
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